El comunismo


 

No soy comunista, pero quiero denuciar una injusticia y una manipulación histórica que se ha hecho contra ellos. Durante muchos años hubo una especie de paranoia anti-comunista en buena parte del mundo. Todavía hoy existe, arropada además por el fracaso de los países en la órbita de la URSS, los cuales practicaban un régimen dictatorial heredado de los zares llamado estalinismo.

Pero la paranoia existía de antes de suceder este fracaso, por lo que sabemos que sus razones eran otras.

Para los cazadores de comunistas norteamericanos de la era McCarthy bastaba con que alguien supiese lo que era el comunismo para acusarle de ser comunista. Consiguieron que casi nadie supiese qué era aquello, sólo sabían que debía de ser algo muy malo cuando sus "honrados" políticos lo perseguían.

Pero... cómo podía ser que una doctrina que era enemiga de América pudiese convencer a un americano? Los políticos estaban convencidos de que si alguien sabía lo que era el comunismo le gustaría mucho, de otra forma no se explica la persecución. Desde cuando la democracia se basa en que el pueblo no decida por sí mismo negándole la información?

Cual era (y es) la verdadera razón por la que el comunismo es temido y odiado? Pues que se basa en un modelo económico opuesto al capitalismo.

En el capitalismo existen ricos cada vez más ricos, y pobres cada vez más pobres. Los ricos poseen las empresas, industrias, bancos, tierras de cultivo, y medios de producción. Los obreros y campesinos producen más riqueza de la que reciben por su trabajo, la cual se quedan los ricos propietarios.

El comunismo, por contra, propone que las empresas y tierras sean propiedad de quienes producen las riquezas. Es mucho más lógico que si un campesino trabaja de sol a sol unas tierras se quede con lo que ha cultivado con su esfuerzo, en lugar de tener que dar diezmos a gentes que nunca se pasan por esas tierras que han heredado de antepasados. Es mucho más lógico y justo que un obrero gane lo que merece y no una décima parte. Y que las explotaciones mineras repercutan en beneficio de los ciudadanos del país en que se encuentran los yacimientos, y no en el de una empresa norteamericana que paga al gobernante de turno para poder saquear unas tierras que si pertenecen a alguien no es sólo a ese gobernante.

Estas son unas bases que no convienen a los grandes terratenientes, directivos de banca o multinacionales. Claro, esta gente es una minoría oligárquica, y la democracia tiene que ser la voluntad de la mayoría. Si esta mayoría, formada por gente que tiene mucho que ganar si se aplica el comunismo, supiera que puede elegir elegirá. Así pues, el pueblo no debe de conocer nada sobre el comunismo, y ser bombardeado con propaganda: que si los comunistas se comen a sus hijos y beben sangre, que si son unos traidores que apoyan una invasión rusa, etc. Todo menos la verdad.

La clase política no sirve al pueblo, sino al capital, porque sus miembros pertenecen o desean pertenecer a la oligarquía económica. Por eso tantos ministros (el más reciente Miguel Ángel Rodríguez, ex-portavoz del gobierno) pasan a formar parte de los consejos de grandes empresas, incluso aquellos que se han hecho llamar "socialistas" (como Miguel Boyer).

Para servir al capital los políticos idearon una ofensiva anti-comunista, que impidiera la propagación de estas ideas negando al pueblo el derecho a la libre información y a decidir. En todos los países en que se intentó implantar un comunismo que no fuera dictatorial (Guatemala, Nicaragua, Chile) y en que no se asesinó a los opositores, estos opositores (con la ayuda de EEUU) dieron golpes de estado militares y asesinaron a los comunistas.

Mientras tanto EEUU se autoproclama guardián de la democracia y policía del planeta. Una mentira que comenzó con la Segunda Guerra Mundial, cuando EEUU reescribió la historia ocultando que apoyó económicamente a Hitler y Mussolini: Roosevelt y Churchill decían que había que apoyar a "la derecha moderada" que representaban esos dos fascistas, para así salvar al mundo del comunismo. Y esa ha sido la excusa para apoyar despues a todas las dictaduras sanguinarias que protegieran los intereses de las empresas americanas (y de la clase alta nacional). Si se podía hacer negocio, no era una dictadura sino un "régimen autoritario", pero si era un gobierno comunista (dictatorial o democrático, que tambien los ha habido aunque quieran ocultarlo) entonces era un "régimen totalitario".

Cuando tanta gente mataba "por Dios y por la Patria" lo que en realidad hacía era proteger unos intereses económicos muy concretos. Claro que tenían que adornarlo para hacernos creer a los demás que sus motivos eran otros. Y lo han conseguido. Casi nadie sabe la verdadera razón de la guerra de Vietnam, por ejemplo, incluso hay quien cree que los yanquis estaban allí defendiendo la democracia cuando en realidad estaban ayudando a un dictador a exterminar la resistencia, la cual no tenía más remedio que pedir ayuda a los enemigos de EEUU porque nadie más lo haría.

Pero además se ha obrado otra injusticia. Calificar de comunista a todo aquel que tuviera una idea progresista. De este modo se han combatido muchos intentos de reforma agraria o educativa, difamando a los que las propongan diciendo que todo progreso social es la avanzadilla del comunismo. Atemorizando a la sociedad para que nada cambie y se mantengan los privilegios de unos pocos. Ahora con la caída del "telón de acero" han perdido su coartada, pero insisten rayando en la paranoia: algunos dicen que esa caída era una estrategia para invadirnos cuando menos lo esperemos. Y otra hipocresía: aprovecharse de los sentimientos religiosos del pueblo para enfrentarlos al comunismo, olvidando que los primeros cristianos eran comunistas, "todo lo compartían" dice la Biblia. Y qué decir del anarquismo? Lo han equiparado al cáos y la destrucción. Viva la ignorancia!

Tampoco podemos olvidar el fenómeno reaccionario del fascismo. Los fascistas no son capitalistas. Tanto el capitalismo como el comunismo anularían los privilegios de la pequeña burguesía, el capitalismo porque concentra la riqueza en unos pocos, y el comunismo porque la reparte entre todos. Así que los reaccionarios quieren que todo se mantenga igual (eso sí, haciendo puntuales obras de beneficencia que disimulen que la pobreza existe gracias a ellos), o incluso que retroceda, y si tienen que apoyar un golpe militar lo hacen. Porque los ejércitos los controlan las mismas familias que las tierras y las empresas. Pinochet, Varela, Franco... sólo eran peones. En justicia deberían condenarse tambien a sus instigadores: la clase alta patria y el Pentágono.

Tal vez el sistema comunista no funcione, pero es obvio que el capitalista tampoco. En Rusia se hunde la Bolsa y la mayoría pasa más hambre que con Stalin. Eso sí, hay unos pocos que ahora viven mucho mejor y son los que hacen y deshacen. En el Tercer Mundo se saquean las riquezas naturales en favor de los países ricos, mientras millones de personas mueren de hambre. Las 280 personas más ricas del mundo poseen la mitad de la riqueza mundial, hace dos años era necesario contar a cien millonarios más, lo que indica una tendencia de unos a enriquecerse empobreciendo a otros. Grandes extensiones del Amazonas son desforestadas para cultivar pastos con los que engordar vacas, para vender hamburguesas, aunque destruyan la ecología mundial y unas cuantas tribus en el proceso. El paro y la precariedad laboral son graves, y los partidos de izquierda cada vez se distinguen menos de los de derechas. Los hay que dicen que ya no hay distinciones, sino partido único.

Hace un tiempo se publicó el "Libro negro del comunismo". Se dedicaba a calcular los muertos que había generado cada dictadura de estas, sobre todo los que murieron por la política económica, y los anti-comunistas se frotaron las manos ante lo que parecía un nuevo triunfo propagandístico. Nadie piensa en escribir un libro negro sobre el capitalismo mientras contempla por la tele las miserias africanas, o los poblados de chabolas de su ciudad. Es el "Pensamiento único", y no se nos permite pensar en una alternativa. Si el comunismo no nos sirve, y el capitalismo tampoco, no nos rindamos y sigamos buscando.

Firma:

El Pepsicópata